Una fecha, una cruz en el calendario.
Doce años, un instante.
La vida cambia tanto en doce años, un instante en el que todo sigue igual y todo es distinto.
La vida no cambia, crece. Pues lo importante no es la flor que no tarda en marchitarse, sino la semilla que dejó su energía de vida y lo que en ella se transmitió.
Una se llevo tu don de gentes, otra tu inteligencia, otra tu sentido del humor, otra tu carácter soñador y la última la mezcla verde, con tu otra mitad.
Doce años, un instante.
La vida cambia tanto en doce años, un instante en el que todo sigue igual y todo es distinto.
La vida no cambia, crece. Pues lo importante no es la flor que no tarda en marchitarse, sino la semilla que dejó su energía de vida y lo que en ella se transmitió.
Una se llevo tu don de gentes, otra tu inteligencia, otra tu sentido del humor, otra tu carácter soñador y la última la mezcla verde, con tu otra mitad.