viernes, 27 de marzo de 2020

ESPERANDO QUE DEN LAS OCHO


Día x de lucha.
No sé exactamente qué día poner, no porque haya perdido la cuenta, sino porque realmente no sé cuando empezó todo.
Aún recuerdo cuando llegaban rumores de una extraña enfermedad, en un país lejano.
Aún recuerdo cuando nos solíamos reir del alarmismo y la extrema precaución de las mascarillas orientales, las cuales más que de protección siempre fueron símbolo de respeto por el otro.
Aún recuerdo los chistes al respecto.
Aún recuerdo cuando los turistas se paseaban por Italia ajenos al indeseado visitante que los acompañaba.
Aún recuerdo cuando salíamos a manifestarnos, a partidos de fútbol, a las terrazas, a los parques, a tomar el aire,...
...creyéndonos invencibles.
Hoy, día x, deseamos dar los besos que no dimos.
Hoy, día x, anhelamos escuchar a quién hace tiempo nos cansamos de escuchar.
Hoy, día x, nos torturamos por no poder cuidar a quién hace tiempo dejamos de cuidar.
Hoy, día x, nos arrepentimos de no haber alargado las conversaciones del ascensor.
Hoy, día x, aplaudimos lo humilde y despreciamos lo superfluo.
Hoy, día x, aprovechamos el tiempo que creímos no tener, por miedo a perderlo definitivamente.
Hoy, día x, una ducha puede ser el mejor regalo del día.

A las 8, saldremos a capturar todas aquellas cosas que habíamos dejado o perdido por el camino, nos reconciliaremos y nos abrazaremos, sabiendo que ese abrazo que hoy amenaza el mundo, es nuestra verdadera cura.