sábado, 3 de febrero de 2018

GRACIAS

Demasiado tiempo en blanco para una pizarra. Las pizarras fueron hechas para comunicar, para enseñar, al igual que la vida.
Hoy, al sentarme frente a ella he sentido la necesidad de escribir algo. Hoy, gracias a la vida, me permito escribir algo, ya que mi rotulador tenía miedo de romper su blancura, al mismo tiempo que mis ojos la temían y se mojaban al verla.
Feliz de lo que tengo, feliz de lo que soy, porque todo ello es gracias a los que me rodean, me apoyan, me acompañan, me enseñan. 
Érase una vez una pizarra que, hasta cuando estaba en blanco, enseñaba...