jueves, 8 de noviembre de 2018

LA EXCELENCIA DE LA IMPERFECCIÓN

El otro día, una amiga me comentó que estaba de desconexión en Florencia. Ante mí entonces apareció una imagen de cuando visité la academia y que, gracias a google, he podido recuperar.
Antes de entrar, pensaba que iba a ver al magnífico David del que tanto había escuchado hablar. Sin embargo, lo que más me impresionó fue el pasillo que hasta él llevaba. Allí, esperando mi entrada y vigilando mi camino, se encontraban una serie de esculturas que salían de trozos de piedra. Inacabadas las llamaban.
Sin embargo, después de presentar mis respetos al impresionante y perfecto David, no pude más que escabullirme a sentir la fuerza de estas esculturas, mientras mis amigos seguían embelesados con el gigante.
Es una sensación que aún me acompaña hoy, en mi profesión. No hay mayor fuerza, que la que se siente frente a personas que la sociedad considera imperfectas y arrincona en un pasillo o como mucho, exhibe en su pequeño pedestal. 
Al igual que Miguel Ángel, pienso que quizá no sean perfectas porque, atados a su trozo de mármol, ya transmiten toda la fuerza con la que la naturaleza los premió. Cada mañana doy gracias por ser irradiada por ella.
¡Chavales, no somos perfectos, ni falta que nos hace!

viernes, 22 de junio de 2018

SILLAS VACÍAS

Fuera las bromas y los típicos chistes acerca de lo a gusto que nos quedamos los maestros en estas fechas, que si bien tienen algo de razón porque el cansancio se nota, tiene poco en común con mis sentimientos siempre que se acaba un curso.
Como cada año, en estas fechas empiezo mi evaluación, pero no la evaluación que te obliga ninguna norma burocrática,  sino la evaluación que te hace echar la vista atrás.
Los debería haber hecho, los quizá si lo hubiera intentado de otra forma, los otro año que no llevo el papeleo al día, los tal vez otro año...
Esto, unido a un cambio de centro, a la sensación de dejar algo a medias y a no volver posiblemente a verlos más, deja una opresión difícil en el pecho.
En estos momentos también es necesario buscar viejas fotos ( que en lenguaje escolar significan de septiembre u octubre) y ver cómo eran, lo que sabían y lo que ahora saben y lo que tú has tenido que ver en ello, recordar los momentos de risas, de consuelos en el patio, de murales, pinturas, juegos, abrazos, sonrisas, ...
Mirar también a tu alrededor y comprobar que tu universo se engrandeció, gracias a compañeras que a partir de ahora tienen un hueco en tu vida.
Por todo ello, me siento feliz de avanzar en el camino, de sentir que el verano será el paso previo para prepararme para querer a nuevos alumnos, porque por experiencia sé que acabaré queriendo a los que vendrán, igual que quise a todos los que ya tuve. Prepararme también para ir averiguando quienes entre mis compis, pasarán a ser parte de mis amigos. 
Feliz verano y feliz camino.

jueves, 3 de mayo de 2018

VERDAD

La verdad no tiene nada que ver con lo que la cubre. 
Posiblemente, un yo tapado es más real que un tú desnudo.
No son prejuicios, es intuición.
Hay determinadas cosas que tienen que SER desde un principio. No vale la falta de confianza, la inseguridad, el miedo...
Más adelante siempre es tarde, porque ya perdió su esencia, ese aroma que lleva cada cosa, cada sensación, cada sentimiento; cuando nacen.
La verdad, tarde, nunca será del todo una verdad, ya que desde su nacimiento, perdió parte de su esencia.

sábado, 7 de abril de 2018

AY AMOR, HAY AMOR

Cuando echo la vista atrás y busco los amores que he tenido...
Cuando miro alrededor y veo los que tengo...

sábado, 3 de febrero de 2018

GRACIAS

Demasiado tiempo en blanco para una pizarra. Las pizarras fueron hechas para comunicar, para enseñar, al igual que la vida.
Hoy, al sentarme frente a ella he sentido la necesidad de escribir algo. Hoy, gracias a la vida, me permito escribir algo, ya que mi rotulador tenía miedo de romper su blancura, al mismo tiempo que mis ojos la temían y se mojaban al verla.
Feliz de lo que tengo, feliz de lo que soy, porque todo ello es gracias a los que me rodean, me apoyan, me acompañan, me enseñan. 
Érase una vez una pizarra que, hasta cuando estaba en blanco, enseñaba...