miércoles, 18 de octubre de 2017

MI YO

Hace mucho que me aguanto las ganas de escribir. 
No es que no tuviese nada que contar, es que resultaría como una novela de mi amigo Vázquez Figueroa mezclada con pinceladas de Stephen King y Allende ; todo en el mismo puchero. Puchero o gazpacho, en el que se convierte la mente cuando solamente se mira hacia dentro.
En estos momentos en los que tan en boga está el crecimiento personal, el auto análisis y demás técnicas introspectivas, yo apuesto por mirar hacia afuera. 
Sí, es cierto que la vida es dura en ocasiones, pero por mucho que nos guste regodearnos en el propio sino, no puedo dejar de aceptar que sea lo que sea lo que ocurra, no es algo único, quizá mío pero no único.
Es curioso como los sentimientos negativos pueden llegar a empañar el cristal de las gafas con las que se mira el mundo, ese mundo que para mí son las personas que hay a mi alrededor. No es cuestión de mirar y decir la típica frase de :" A todo hay quien gane", pero sí que existen señales que te salen al paso, para despertarte de tu sueño , en ocasiones pesadilla, y te hace ponerte en marcha.
Ese cristal empañado que me hizo no ver la pena de una amiga, la inseguridad de un familiar, la necesidad de apoyo de un niño, el miedo de un amigo, la entrega de muchas personas hacia lo que creen justo, ....
Educación emocional para mí, no es solo saber expresar, sino sobre todo, saber ver.
Hoy le pido perdón al mundo, al otro, por no haber limpiado mis gafas últimamente . Gracias a la lluvia, hoy relucen y espero que a partir de ahora hagan juego con mi sonrisa.