sábado, 23 de diciembre de 2017

¿FELICIDADES?

Es una pregunta que me hago, cada año al comenzar estas fiestas. Siempre tardo unos días en "ponerme a tono" con el ambiente navideño y empiezo a felicitar a todos a partir del 26 o 27. 
La razón no es que no me gusten las navidades, sino porque veo a mucha gente que se entristece por echar de menos algo que ya no tienen, su "FELICIDAD" no es completa.
Pero, ¿es completa alguna vez la felicidad? 
Sería muy aburrido si así fuese, ya que sería única y la misma para todos.
Yo, personalmente, prefiero las felicidades. Esas felicidades que recuerdas con media sonrisa dibujada en la cara. Aquellas felicidades que aún hoy disfrutas después de muchos años. Esas felicidades recientes, recién estrenadas que casi huelen a la tinta de los libros nuevos. 
Y, sobre todo, las que aún están por venir.
Esas que te manda algún amigo que ya no ves, pero que compartió contigo unas cuantas felicidades pasadas.Esas otras que te saldrán al paso, sin haberlas siquiera imaginado.
Y no, no es que no eche de menos a nadie. Sí que hay personas que ya no están, pero sí que continúan conmigo sus "Felicidades", " Nuestras Felicidades". Porque si hay algo en común a todas las felicidades del mundo, es que jamás son exclusivas de una persona; las verdaderas FELICIDADES necesitan para existir al menos de dos.
Y esas, las verdaderas, nunca mueren.


viernes, 8 de diciembre de 2017

SE VENDEN ALMAS EN LA PLAZA

Bullicio, gente, sonrisas empeñadas.
Sol, brillo, vacío.
No siempre lo que brilla tiene valor. Quizá lo supera aquello que se apagó detrás de ese brillo. Lo que, siendo realmente valioso, solo sirvió para esconderse.
El valor de una ilusión sacrificada, de un cuerpo malogrado, desaprovechado a cambio de un saldo, una comida, un futuro incierto. Prometido, evaporado.
Luces que son sombra.
Inocencia machacada a la sombra de una luz.
A veces me pregunto por qué nos empeñamos en comprar y vender todo. Al final, almas malbaratadas a precio de ganga. A cambio de una luz, que no es más que sombra.