PROSTITUCION

Hoy voy a hacer una excepción. No voy a escribirme a mi mismo, a mi misma, como suelo hacer. Hoy te escribo a tí.
Alguien hoy me hizo una propuesta. Mostrarte a más gente, anunciarte para que más personas te leyesen. Me hizo pensar, ya que mi arrogancia se hizo eco del comentario desde el primer minuto. Mi arrogancia, que al fin y al cabo, también soy yo.
Ayer, debatía con una amiga acerca de las formas de prostitución. No hablábamos de sexo vendido, al menos, no yo. 
Hablábamos de la pérdida de dignidad a cambio de dinero. De cómo un maravilloso lugar y su gente, pueden verse prostituidos en su esencia, a cambio de un buen fajo de billetes. De cómo, los humanos a menudo, entregamos toda nuestra riqueza, a cambio de un puñado de monedas.
Quizá la frase: "así es la vida", no haga más que acallar el derecho de cada una de nuestras vidas, a seguir su propio camino de plenitud. 
No te preocupes, no te mostraré. Solamente quien quiera que existas, sabrá que existes. Naciste de una decepción , de un punto de inflexión que abrió una puerta para que los pensamientos aprisionados y los sentimientos sofocados, pudieran beber del aire.
Por supuesto, seguirás siendo compartido con mis amigos, los nuevos, los de la infancia, los que aún están por llegar. De forma especial, con las personas de las que te hablo, aunque presumo que quizá ellos no vean su relación , porque como siempre suelo mezclar tanto que no reconozco el producto, no suelo leerte, solamente te escribo.
Regalado, compartido, demasiado valioso para ser publicitado o vendido.