Varado en la arena, como los restos de un naufragio, esperan pacientemente.
Tesoros que lo son, no por lo que valen, sino por el celo con el que son elegidos y guardados.
Solamente cada mañana son abandonados.
Abandonados a cambio de un abrazo.
El abrazo de un amoroso padre que con sus dedos de espuma, calma los pies cansados de tanto caminar hacia ningún lugar.
Padre que a todos sus hijos mima por igual.
Tesoros que lo son, no por lo que valen, sino por el celo con el que son elegidos y guardados.
Solamente cada mañana son abandonados.
Abandonados a cambio de un abrazo.
El abrazo de un amoroso padre que con sus dedos de espuma, calma los pies cansados de tanto caminar hacia ningún lugar.
Padre que a todos sus hijos mima por igual.
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