sábado, 25 de julio de 2015

SE LLAMA LIBERTAD

Después de un día de 48 horas, en el que anochecer y amanecer se unen mediante una breve siesta bajo las estrellas,me siento extraño.
Maravilloso y extraño, ya que nada es del todo maravilloso sin la exclusividad de lo extraño.


Antes de venir, me llamaba la atención la fascinación que parecía ejercer el desierto en mucha gente.Al verlo lo entendí...



Los que hemos nacido y crecido junto al mar, junto a su inmensidad, entendemos lo que puede sentir un hombre o mujer del desierto cuanto está lejos de él.

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