martes, 3 de noviembre de 2015

GOLPE A GOLPE...

No sé si será el tiempo o la distancia, lo que pone las cosas en su sitio.

 También dudo que antes estuviesen desubicadas, simplemente estaban demasiado cerca para apreciar su silueta.
Aún ahora, para verlo todo claramente, a menudo tengo que poner mi mano en la frente para tapar el resplandor del sol, entornar los ojos, pararme y darme la vuelta para mirar atrás .
Las cosas, las personas, se vuelven borrosas, menos importantes. Esto a veces es una bendición para nuestro equipaje, en otras ocasiones sientes que hay algo imprescindible que olvidaste meter en tu maleta.
Por eso, de vez en cuando, solo de vez en cuando, es bueno mirar atrás  por si algo se te quedó en el camino o simplemente, para observar serenamente, como aquello que dejaste ir, discurre por un camino paralelo al tuyo.

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