miércoles, 7 de diciembre de 2016

VOLVER

Cada vez que viajo, parece que el alma se me agrandara. No suele ser lo que descubro en otros lugares, ni lo que vivo en ellos, es sobre todo la sensación de mirar desde lejos. 
Lo que normalmente se llama "cambiar de aires", se hace patente y notorio cuando vuelves. No veo tan importante el cambio de aires, como el cambio en la manera de respirar ese aire que te envuelve a diario y en ocasiones dejas de disfrutar o apreciar. 
Entonces, te das cuenta que puedes aprovechar tus propios aires para secarte el pelo, para ventilar tu habitación , para sentir más profundo...
La distancia nunca es el olvido, cuando a la vuelta, te espera tanto bueno.

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